leer,  mirar

el globito

Abajo queda el murmullo submarino de un puñado de voces susurrantes y el roce sin eco de los zapatos sobre la tarima. La celebración se encamina hacia su inevitable final, y nadie parece saber bien cómo terminarla.

Esa prisa, esa necesidad repentina que nos ha entrado a todos de estar en otro lugar, de vuelta a la realidad que habíamos dejado suspendida por unas pocas horas para reunirnos en este inmenso salón. Ahora, rendidos a nuestros pies, sólo queda un rastro de confeti y un puñado de vasos vacíos, ni rastro de entusiasmo.

Los discursos se han proclamado, las manos han chocado varoniles y todos, con mayor o menor éxito, han logrado defender su pequeña parcela de individualidad. Cada uno ha sonreído con su mejor sonrisa mientras se proclamaban únicos y especiales, pero ya es hora de volver a las personas desnudas que somos, a la vida sin máscaras que transcurre cuando cerramos la puerta de nuestras casas.

Mientras todo eso ocurría a mis espaldas, no podía apartar la vista de un solitario globito con forma de estrella que ascendía resuelto a la alturas. Había logrado escapar de un ramillete atado a una mesa y, confiado, se dirigía hacia la ventana que bañaba de luz dorada el salón.

El globo ha golpeado con su hocico de mantequilla el cristal que le separaba de la libertad una, dos veces, hasta que ha comprendido la trampa. El cielo dorado era un espejismo inalcanzable: no había escapatoria. Al darse cuenta de su encierro, el globito quedó quieto, languideciendo triste en su rincón.

Entonces te vi. Sonreías radiante al otro lado de la pista de baile, y mi corazoncito se elevó como si ese globo estuviese en las manos de un niño que quiere mostrarle lo grande que es el mundo.

Te acercaste a mi lado, aún con esa sonrisa bailando en tus ojos, y me diste un golpe de cadera. ¿Qué?, ¿imaginando cosas?.

Era imposible describir mejor mi actitud ante el mundo porque eso es lo que hago constantemente: imaginar cosas siempre y en todo momento. Es un mecanismo de defensa, porque, qué fea es la realidad enfrentada a nuestra imaginación.

Dejé de lado al globo atrapado contra el cristal para concentrarme en ti. Allí estabas, a mi lado, qué extraña me resulta siempre tu presencia. La colección de pecas que en morse escriben historias sobre el hueso iliaco, el ligero olor ácido de tu aliento, o esa sequedad que tienes en la mejilla derecha que hace que la piel cambie de textura y adquiera el tono cobrizo de la paleta de un viejo maestro.

Real, todo es tan real en ti que casi duele mirarte.

Si me permitís un par de minutos de vuestro precioso tiempo, os contaré nuestra historia.

16 Comments

  • gabiliante

    esto sera un flashback desde la ballena azul. O un flsshforward. O es otra persona.
    Seguro que tambien tiene un globo. hazle soltarlo. Si sube y se pone al lado del tuyo ( es tuyo, no digas que no), bien. Si se pone en otro sitio, saca el alfiler y pínchalo. Es un favor que le haces, para que no pierda el tiempo ahi arriba, en las nubes, imaginando.
    Abrazooi

  • Beauséant

    Entre seculas, precuelas, flasforwards y demás, las vidas se van complicando, gabiliante, los años tampoco ayudan, me resulta complicado colocar los eventos en su orden cronólogico.. Supongo que todas las vidas acaban derivando en el caos, ¿no te parece?

  • José A. García

    Desconectarse, aunque cada vez más difícil, no es el problema. Volver a conectarse con lo que se quiere estar en contacto, ahí es donde todo se complica.
    Incluso cuando lo que queremos en conectarnos con nosotros mismos.

    Saludos,
    J.

  • Diego

    Dices que la imaginación es un mecanismo de defensa. Pero también lo es de creación. Si no hubiera habido hombres y mujeres imaginativos aún andaríamos en las cavernas. Yo no acabo de entender a los que miran una nube y sólo ven una nube.

    Y puestos a ser imaginativos, al mirar tu foto veo un globo y una cúpula, pero imagino que es un espermatozoide (el globo) que ha fallado en su intento de alcanzar el óvulo (la cúpula), en su carrera frenética junto a 150 millones de competidores. Y eso me lleva a pensar que mi existencia, mi ser o no ser, mi cualidad de vencedor, era una probabilidad tan mínima (es muchísimo más probable que me toque la primitiva) que no sé si hubiera sido preferible, en aquella carrera tumultuaria que ninguno recordamos, dejar paso para que me adelantara otro rival más capacitado.

    Elucubraciones…

  • Beauséant

    Cierto, José A. García, volver a tierra cada vez se torna más complicado. La realidad no lo pone fácil, asusta, es mejor seguir volando como ese globito, aunque tengamos la pared tan cerca.


    Creo que el éxito, si lo podemos llamar éxito, de nuestra especie es haber logrado esa combinación entre la gente práctica que ante una nube sólo ven una nube, y esos otros que ven a dios en cualquier parte. Un mundo con sólo uno de los tipos no habría sido posible.

    Yo siempre he llegado tarde a todos los repartos, no soy una persona competitiva, ante el más mínimo atisbo de competición, me borro. Lo del espermatozoide más rápido no es más que un a pequeña mentira que nos decimos para creernos especiales, lo cierto es que es simple azar, como tantas otras cosas en la vida de las que estamos orgullosos, es una cuestión de suerte… elucubraciones, sí, y que no nos falten, ¿verdad?

  • laacantha

    “…porque eso es lo que hago constantemente: imaginar cosas siempre y en todo momento…” ¡Que bueno!

    Hay mucha gente que dice…a mi , no me pasa nada , nunca .
    Sin embargo , a mi me pasan los sucesos absolutamente sorprendentes y, lo más importante , pasan continuamente empezando de mi infancia hasta ahora , siendo ya una persona madura, para no decir vieja.
    Creo que es por la imagiación sobrada , que te hace estar preparado – en cualquier circunstacia- ver ( o inventar) una historia o un suceso ( el clobo perdido) de todo lo que te rodea. Un abrazo.

  • Etienne

    Hay varios elementos en la historia que hacen que naufrague mi sentido común y me pierda en los recuerdos. Globos, pecas, baile, aliento, murmullo.
    La realidad actual es fea comparada con casi cualquier cosa; frente a la imaginación, pierde por goleada. Incluso comparada con el recuerdo de esas pecas, edulcorada la memoria por el paso del tiempo, hace que me ponga a investigar la posibilidad del viaje en el tiempo.
    Y sigo imaginando que subsisto aferrado a tu cintura.

  • Toro Salvaje

    La historia que cuentas en ese link es dura… pero lo cuentas de forma valiente.
    Me gustra llamar a las cosas por su nombre. Reconocer lo que va mal, no buscar decorados donde esconder lo que no funciona.
    Bien, muy bien.
    En cuanto al globito… yo también imagino cosas constantemente… es que lo que me ofrece la realidad suele disgustarme entonces me escapo… quizá soy otro globito que busca siempre escaparse y acaba engullido por la tristeza que contiene el mundo.

  • Beauséant

    Creo, laacantha, que la imaginación es la que nos salva de envejecer “mal”. Nos ayuda a que el mundo sea siempre nuevo y nos sorprensa cada día. No hay nada peor que ir siempre por el mismo camino y ver las mismas cosas, ¿no te parece?


    El globito, Etienne, sube a las alturas, y en su recorrido arrastra mis ideas. Mi mente funciona un poco como ese globito, sigue un recorrido y va llevando cosas a rastras, saltando de una a otra. Cuando llego al final del pensamiento no tengo ni idea de cómo he llegado a unir A con B, simplemente ha sucedido. He empezado con un globito y he acabado con tus pecas metidas en la pupila… Por supuesto, doña memoria interviene, edulcora y mienta, miente a todas horas.. pero tampoco me importa, la realidad, bah, quién la quiere.


    Podemos mentir a todo el mundo, Toro Salvaje, podemos intentar dar la imagen que queramos, pero no conviene empezar a mentirse. Es mejor plantear las cosas de la forma más cruda posible y luego ya veremos como las cocinamos para ver si son digeribles. El globito acaba atrapado contra un horizonte que creía infinito.. también nos pasará eso, en algún momento algo cortará nuestro avance, pero hasta entonces, flotar y flotar…

  • tonYerik

    Te entiendo porque siempre ando cazando moscas, sobre todo en esos momentos e incluso cuando leo un libro tengoa veces que volver atras porque mi cabeza se ha ido a otra historia y e de volver a la del libro.
    Al fin el globo perderá el poco gas que itne y flacido caera, que para eso está la gravedad.

    A mi ella, me dijo un dia, mucho antes de irse del todo; – ¡Tu no estas enamorado de mi!!! Estas enamoradode la Elvira que hay en tu cabeza.

    Y si cuando estoy en un lugarcomo ese miro y miro por si entre el resto del publico apareciera de pronto.

    P.D. Me han dicho que estas fiestas de septiembre ha venido.

  • tonYerik

    Lo siento No volvere a comentar con el telefono:

    Te entiendo porque siempre ando cazando moscas, sobre todo en esos momentos e incluso cuando leo un libro tengo veces que volver atrás porque mi cabeza se ha ido a otra historia y he de volver a la del libro.
    Al fin el globo perderá el poco gas que tiene y flácido caerá, que para eso está la gravedad.
    A mi ella, me dijo un día, mucho antes de irse del todo; – ¡Tu no estas enamorado de mí!!!
    Estas enamorado de la Elvira que hay en tu cabeza.
    Y si, cuando estoy en un lugar como ese miro y miro por si entre el resto del publico apareciera de pronto.

    P.D. Me han dicho que estas fiestas de septiembre, ha venido.

    Salud.

  • El asceta

    Tú dices que la realidad es fea en comparación con la imaginación… antes que lo material está lo inmaterial y el mundo es solo un reflejo de la imaginación colectiva. Para crear antes hemos tenido que imaginar la creación por lo tanto la realidad está hecha a imagen y semejanza de las ensoñaciones de los hombres.
    Lo que pasa es que tu cabecita, perdón, la cabecita del narrador, es mucho más florida y de ella se desprenden pensamiento e imágenes más sutiles. Igual si todos fuéramos como él, el mundo sería un lugar más hermoso y benévolo.

  • Cabrónidas

    El mundo ya no lo podemos cambiar, si es que alguna vez pudimos. Lo peor de imaginar que podemos volar es que en algún momento tenemos que tocar tierra de nuevo. Pero bueno, no viene mal de vez en cuando ser un globo y ascender.

  • Beauséant

    Comentar desde el teléfono debería puntuar doble, tonYerik 🙂 nunca he sido capaz…
    Imagino a mi cerebro como una máquina llena de engranajes que van haciendo click, click y, de vez en cuando se salta un par de dientes y aparece lo que no debe. En las conversaciones, leyendo un libro, algo pasa que, de repente, te hace perder por completo el hilo y empezar a pensar en otras cosas… Es normal enamorarse de las ideas que nos hacemos, de las cosas que imaginamos. La realidad siempre es más fea, menos suave… es bonito imaginar, y peligroso quedarse a vivir en lo que imaginamos.

    Dicen que ha venido, sí, pero la persona que ha venido no es la que tienes en la cabeza, mejor no verla, no contrastar la realidad con esa imagen perfecta.


    Hay palabras, hay miradas, hay instantes que nos cambian la vida, Citu, muchas veces no nos damos cuenta hasta que ha pasado mucho tiempo.


    Tengo claro, El asceta, que el mundo sería más benévolo. Sin tanta competitividad, sin tantos dientes ansiosos de llevarse un bocado de su parte del saqueo… pero, también sospecho, sería un lugar en el que nadie haría nada. Los soÑadores tienen cierta tendencia a la inmovilidad, a quedarse en sus mundo algodonosos. Es una mierda, pero al final el mundo parece pertenecer a los lobos… La imaginación colectiva no es nada imaginativa, siempre pretenden lo mismo.


    Eso es cierto, Milena, imaginar es una forma de viajar 🙂 gratis, sin apreturas y al lugar que quieras en el momento que lo deseas. Lo malo es el billete de vuelta, ese siempre es complicado de encontrar 😉


    El billete de vuelta, Cabrónidas, el puñetero billete de vuelta… mi imaginación cada vez me lleva más lejos y cada vez me cuesta más volver… algún día ese globito no volverá, se quedará flotando para siempre en un mundo mejor, imaginado, pero mejor.

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